Cinco películas del mundo árabe con páginas escritas en la historia del cine mundial

La filmografía árabe, desde sus orígenes, ha sido un espacio esencial para dar a conocer al mundo las dinámicas sociales, políticas y culturales de los países árabes. La narrativa de cada película combina la denuncia social, expone las identidades y la resistencia de esas naciones, por medio de relatos atractivos que logran empatizar con los espectadores, trascendiendo así fronteras culturales y de pensamiento.

A diferencia del cine que se hace en Hollywood, el árabe no es un simple entretenimiento, sino ha devenido un espejo crítico de sus propias realidades, como de los problemas que atañen a los seres humanos en cualquier sitio del planeta.

El surgimiento y expansión del cine árabe, es marcado por una doble dualidad: la espectacularización propia de las propuestas cinematográficas, de un lado, y de otro, una filmografía de autor que, en ocasiones con bajos presupuestos, ponen al descubierto la vida de las sociedades árabes, por medio de relatos cinematográficos que exploran realidades paralelas a las occidentales, y que se desconocen en otros sitios del planeta.

Al respecto, el cine árabe ha ganado terreno internacional, posicionándose por el atractivo de sus tramas, sus cuestionamientos sociales, y la capacidad de mostrar situaciones humanas profundas y complejas.

A continuación, Green Zone Foundation propone cinco películas árabes producidas en lo que va del siglo XXI, cuya huella ha quedado visible en la historia del cine mundial por su contenido y calidad artística.

El Cairo 678 (Egipto, 2010)

      Dirigida por Mohamed Diab, esta película egipcia impulsó el debate en torno al acoso sexual en ese país del norte de África. Las protagonistas son tres mujeres de distinta procedencia social, cuyas historias se unen para hacer frente a un problema que afecta a la sociedad. La obra busca dejar claras las luchas femeninas contra la violencia y la injusticia, el desafío a los actos de violencia que quedan impunes y la necesidad de modificar ciertas normas para evitar más víctimas de ese tipo de violencia.

      Wadjda (Arabia Saudita, 2012)

        Haifaa Al-Mansour, la primera directora saudita que incursionó en el cine, es la autora intelectual de esta obra que destaca por su sensibilidad. Narra la historia de Wadjda , una niña que anhela comprar una bicicleta, como símbolo de autonomía y libertad femenina para desafiar tradiciones en Arabia Saudita.

        The Yacoubian Building (Egipto, 2006)

        El director Marwan Hamed asume la adaptación de la obra literaria del autor Alaa Al Aswany, que aborda temas como la corrupción, el fundamentalismo religioso, la lucha de clases y la represión. La trama se centra en vecinos que conviven en un edificio en El Cairo, capital de Egipto, donde residen personas pertenecientes a distintas clases sociales. El edificio es un pretexto para retratar a la sociedad egipcia, mostrando sus puntos de encuentro y rupturas.

        Paradise Now (Palestina, 2005)

        Dos amigos palestinos se preparan para llevar adelante un ataque suicida. Este es el tema central del filme que dirige Hany Abu-Assad, quien expone las complejidades, motivaciones y dudas de dos jóvenes en el contexto sociopolítico del conflicto israelo-palestino que se extiende por más de siete décadas. Las actuaciones de Paradise Now conmovieron al mundo, y junto al valor de su guion equilibrado, ganó merecidos premios en el escenario internacional.

        Capernaum (Líbano, 2018)

        Una mirada conmovedora a la existencia humana es la propuesta de este filme de Nadine Labaki, quien muestra una mirada diferente de la infancia y la pobreza en una sociedad como la libanesa. La historia es el relato de un niño en una calle de Beirut, capital de El Líbano, que reclama a sus padres por haber nacido en condiciones adversas de vida. Capernaum fue nominada al Oscar en la categoría de Mejor Película Extranjera, y promueve el debate en torno a la responsabilidad parental, la marginación y la desesperanza, a la vez que muestra la capacidad de resiliencia de los seres humanos ante la adversidad.

        Estas cinco propuestas cinematográficas constituyen una muestra del panorama diverso y complejo que caracteriza al mundo árabe, y el compromiso de sus realizadores con sus realidades sociales y culturales.

        Desde Egipto hasta Arabia Saudita, el cine árabe ha sido capaz en el siglo XXI de romper moldes, desafiar construcciones culturales y abrir propuestas de diálogo, dotando al mundo de nuevas formas de abordar las narrativas e ilustrando a esas sociedades y sus matices.

        El posicionamiento del cine árabe en espacios de renombre, evidencian el poder del cine como lenguaje universal y su capacidad para promover lecturas y diálogo sobre las sociedades que Hollywood históricamente ha silenciado.

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